Ocáriz, Fernando: Amor a Dios. Amor a los hombres.




Este libro fue escrito a comienzos de los años 70 del siglo XX. Su contenido sigue siendo plenamente actual. El autor fundamenta la caridad cristiana en el amor a Dios. La caridad es indivisible, es un acto de amor, pero de forma absoluta y total solo es posible hacerlo con Dios; lo demás es caer en la idolatría o confundir los términos de la cuestión. Así como en la Cruz, el tronco horizontal se apoya y sostiene en el vertical, la caridad hacia el prójimo se fundamenta en el amor a Dios. No por eso pierde cordialidad ni humanidad. Con el mismo corazón con el que queremos a Dios, queremos a los demás, pero lo que garantiza la rectitud de intención y la fidelidad –la prolongación en el tiempo radica en estar apoyado en el amor a Dios. Aunque haya personas que vivan de manera heroica la atención a los demás sin motivos sobrenaturales, el voluntariado tiene a ser ocasional, mientras que la entrega derivada del Amor a Dios será permanente. No hay que plantearse antinomias, sino una jerarquía que permite esperar confiados en la constancia en el servicio y la entrega. Ocáriz, lo dice en la introducción no va contra nadie ni contra nada, pero el fundamento de la caridad cristiana está en el amor de Dios. No es posible amar a Dios y no amar a los hombres. Lo mismo que una cruz sin el tronco vertical no es cruz, ni lo es sin el horizontal. Ambos se necesitan y cada uno en su lugar.

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