Casado, M.: Más poesía y menos Prozac.

El título, sin dejar de ser una alusión clara a lo que el autor transmite en estas páginas, evoca un libro que tuvo gran difusión hace unos años y que tenía un título en el que también hacía referencia al Prozac y a una idea que Casado usa en este breve y valioso ensayo. Es un dato verificable el creciente consumo de medicamentos que tratan de evitar la ansiedad, depresión y otras enfermedades o situaciones mentales que no siempre son enfermedades. El duelo, un duro revés profesional, etc., es lógico que lleven a situaciones anímicas que solo serían enfermedades en el caso de producir efectos de larga duración o intensidad. No siempre es fácil delimitar la tenue línea que puede separar un estado anímico de una enfermedad, más o menos severa. Es un hecho que el número de personas medicadas por estos motivos es creciente; en algunos casos el abuso de esa medicación puede tener efectos letales, con intención o sin ella. Afirmó Havel que lo grave no es tanto el creciente número de personas que desconoce el sentido de la vida; es más grave lo poco que eso les preocupa. El autor va engarzado citas de diversos autores que abordan, de una forma u otra, está cuestión. Es muy conocido el libro de Frankl que lleva por título El hombre en busca de sentido. El creciente relativismo ha derivado en lo que Ratzinger llamó la dictadura del relativismo. Son muchos los autores que alertan ante el creciente emotivismo, que no es dar valor a las emociones, sino decidir únicamente en función de ellas. Autores como MacIntyre, Lewis, Hadjadj, etc., merecen ser leídos por el valor de sus apreciaciones. No siempre será la poesía el modo de dar cauce a las aspiraciones más elevadas del ser humano. Sí es cierto que la literatura, a lo largo de los siglos, se ha hecho eco de un bagaje cultural que no podemos ignorar. El arte de vivir lleva al menos 25 siglos reflejado de diversas formas. El ocio no es malo en cuanto tal, pero no tiene capacidad para dar el sentido más elevado de la vida humana. Estamos ante un ensayo que requiere una lectura atenta para darle el valor que encierra. No por ser las mejores citas, sino porque están al final del texto, señaló una frase de Juan Ramón Jiménez "cuando no se ama todo suena a hueco" y un poeta actual, Guillén Acosta quién afirma "yo escribo poesía por amor". Amar mucho y bien es una meta que vale la pena buscar.

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