Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.

Dice Chesterton en uno de sus libros que hay dos maneras de llegar a casa, una de ellas es permaneciendo en ella y la otra es caminar por todo el mundo para volver al mismo lugar. La autora de este libro ha seguido la segunda opción. Fue bautizada en la Iglesia católica porque su abuelo era católico. Se educó en un ambiente ateo y ella era consciente y consecuente con ese planteamiento. Cuando comenzó a trabajar no pensaba que llegaría a ser la novia de un abogado, Joe Fulwiler, pero así fue. Se acabaron casando mientas Jennifer se resistía a cualquier planteamiento que supusiera la existencia de Dios. La historia de los años siguientes es la lucha por sobrevivir, pero sobre todo es la historia de la caída de barreras intelectuales, emocionales, etc. para aceptar la existencia de Dios y en concreto la creencia en Jesucristo como Dios encarnado. La autora se resiste a asumir que ella no es dueña de su propio cuerpo. La moral católica le parece retrógrada, un Dios que permite el sufrimiento humano no es posible que sea el Dios de la Biblia. Cada paso viene acompañado de horas de lectura, de dificultades que superar. El nacimiento de su primer hijo es un toque emocional claro y nítido, pero también lo es las dificultades económicas por las que pasan, los problemas de salud... Cuando Jennifer se confiese por primera vez y se prepare para la primera comunión, podrá palpar la fraternidad entre los miembros de su parroquia, en una población de Texas. Relato en primera persona de una historia personal que como decía Chesterton recorrió todo el mundo para volver a casa, siempre acompañada del cariño y la paciencia de Joe y con el trabajo que supone sacar una casa adelante con dos niños pequeños y otro en camino.