Payne, Stanley: La Guerra Civil Española.

El prestigioso historiador norteamericano ya había realizado otros trabajos sobre esta época de la historia española. Tratar de lograr estudios serios y serenos sigue resultando difícil por las pasiones que levanta. Payne lo intenta en serio. Aporta rasgos que otros autores no han destacado lo suficiente. Por ejemplo, el carácter que Franco fue tomando de sentirse elegido por Dios para la salvación de España que otros autores han apuntado. Bajo ese prisma era previsible que no diera paso a otro sistema político. Los historiadores anglosajones tienen más dificultades para captar la importancia del elemento religioso en la guerra. Muchos combatientes fueron a luchar convencidos de que era la única forma de frenar la persecución que la Iglesia católica estaba recibiendo, acentuada a partir de febrero de 1936, es decir varios meses antes de comenzar la guerra. Destaca lo que considera poco brillante estrategia de Franco en la dirección de la guerra, que lo compensó con movimientos seguros y eficaces. Confirma los estudios de otros historiadores sobre las cifras reales de bajas, tanto en el frente de batalla como en la retaguardia, así como concreta el número de ajusticiados al terminar la guerra. Confirma datos y opiniones de otros historiadores sobre el mayor orden en el llamado bando nacional y las luchas internas en el llamado bando republicano. La visión de conjunto que ofrece es completa y amplia abordando más cuestiones que las militares: opinión pública internacional, etc. Confirma lo dicho por otros historiadores sobre la ayuda recibida desde el exterior por ambos bandos: fue bastante similar y a la larga no decisiva, salvo para prolongar la guerra. A estas alturas, algunos tópicos difundidos se ha visto que no tenían o bien un fundamento real o la importancia que se le dio en su momento. Como toda guerra fratricida, levantó muchas tensiones y la opinión pública estaba muy pendiente de lo que ocurría en España, hasta el punto de que los estudios publicados sobre esta guerra no guardan proporción con el número de muertos que tuvieron lugar en otras guerras, con menos eco internacional al ser menos polémicas.