Martínez-González, M. A.: Salmones, hormonas y pantallas.



El autor, catedrático de salud pública, con una brillante labor profesional, presenta en este libro los factores de riesgo más graves para la juventud en particular y la sociedad en general. La presión a la que está sometida la población es difícil de resistir, por eso hace una llamada a ser salmones, ir contra corriente en una sociedad en la que, usando un ejemplo suyo, no es posible hacer de pirómano por la mañana y de bombero por la tarde. Como es lógico en varios de los temas abordados hay grandes intereses económicos. El autor habla con delicadeza, pero con claridad sobre los datos que muestran índices de adicciones, costumbres que van en contra de la salud pública y que, antes o después, afectan los seres individuales. Es cierto que no todos lo hacen por dinero; algunos imbuidos en una visión antropológica reduccionista no ven que es posible evitar conductas peligrosas. La campaña para evitar el consumo de tabaco es un ejemplo de lo mucho que se puede lograr. Cuando la naturaleza contradice a la ideología, quizá sea preciso volver a plantearse el fundamento de esas ideas. El autor se dirige al gran público, pero de un modo especial a los jóvenes, para que no salgan dañados de ese clima en el que abundan gérmenes nocivos. Estamos en una sociedad enferma, sin recursos para afrontar los retos que el permitirían volver a recuperar la salud. El autor lleva muchos años trabajando en esto y sabe de lo que habla; y también lo que se juega. Hoy leo en un semanal un titular: venimos del mono y hemos hecho mucho. El autor, aprecia como una familia unida, en la que se viven por convicción valores que van contracorriente, de modo amable pero firme, es un dique para evitar verse arrastrado por un entorno en el que parece que las hormonas y las pantallas son los protagonistas principales. El ser humano busca amar y ser amado; mientras no lo logra puede buscar con ansia la fuente de ese amor o zambullirse en los placeres cortoplacistas que le ofrece la sociedad actual. No será fácil llegar a generar un entorno en donde no sea preciso ser un héroe para volver a casa un fin de semana. Pero para plantearse actuar como el salmón, contra corriente, es preciso tener convicciones fuertes o un amor valioso que te espera en las fuerte del río. Conocer la realidad es esencial para ser conscientes de que no valen medias tintas. Que, a corto plazo, el camino puede requerir esfuerzo. Vale la pena si la meta es valiosa. Negarse a conocer las dimensiones y áreas de la contaminación es una forma de engañarse; limitarse a conocer sin cambiar algún hábito o ayudar a quien desea hacerlo sería una respuesta pobre. Es posible llevar una vida diferente a la que ofrecen algunos medios de comunicación. Agradezco al autor su valentía para publicar este libro; cada uno sabe que debiera cambiar de sus pautas de vida para llevar una vida sana. El autor, como profesional de la salud pública, no se queda en el registro de datos, sino que busca las fuentes para poder poner el remedio en el origen. Todo especialista que se precie, sabe que la prevención es parte esencial para evitar la difusión a gran escala de aquello que degenera la salud pública, que puede estar compuesta de la tuya y de la mía.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.