Semeraro, Michael: Etty Hillesum.




Siguiendo las pautas del diario que escribió esta joven holandesa, judía de raza, durante la ocupación mazo de su país. Después de buscar la felicidad en el placer y de abortar, siguiendo un consejo recibido comienza a leer a san Agustín, pero sobre todo la Biblia, incluido el Nuevo Testamento. Lee a los grandes escritores rusos, pero de los escritores profanos quien más le influye es Rilke. No llegó a ser bautizada, pero su oración alcanza grandes niveles de intimidad con Dios. Nunca se quejó De Dios por la persecución sufrida por los judíos; efectivamente Dios no fue el culpable de esa atrocidad. Etty murió en 1943 en Auschwitz, sin haber cumplido los treinta años.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.