Manzoni, Alessandro: Los novios.




Libro publicado en 1827, ayuda a entender la fragilidad del ser humano, reflejada en las dificultades que encuentran unos novios para casarse en Monza, una aldea de Milán, a comienzos del siglo XVII durante el dominio español del territorio, en tiempos del rey Felipe IV.

La novela cuenta una historia de amor (construida a partir del imaginario hallazgo de un manuscrito por el narrador de los hechos) narra la frustrante historia de amor entre Renzo y Lucía. Ambos quieren casarse, pero un noble, don Rodrigo, se encapricha de la joven e intenta evitar su matrimonio. Para lograrlo recurre a sicarios que asuntan al párroco para que no celebre la boda; este busca una excusa para retrasarla. Un intento de hacerlo termina mal y los jóvenes tendrán que huir del pueblo; la joven refugiada en un convento cercano y Renzo en Milán, pagando las consecuencias de su inexperiencia vital; por ignorancia, participa en un connato de motín y acaba huyendo hacia otra población de Venecia. Manzoni incluye micro-historias, que narran sucesos paralelos al eje del relato. Renzo y Lucía afrontarán dificultades para lograr su meta: contraer matrimonio. La ayuda de los frailes capuchinos resulta esencial en varios momentos, pero son tantas las cuestiones narradas que el lector puede perderse en los detalles. Una idea de fondo es la incapacidad humana para superar algunas dificultades y que solo Dios es capaz de poner remedio a situaciones de especial gravedad. Con frecuencia los protagonistas recurren a la ayuda divina ante los problemas y otros no temen ni la justicia humana ni la divina. Renzo y Lucía pasan de una confianza ingenua, que no es consciente de la maldad de algunas personas, a una fe acrisolada por el dolor que sigue creyendo, pero sin ingenuidad. En la historia de esos novios se relata la peste que asoló Milán en 1630. En la novela las cosas se ponen mal y luego se arreglan. El lector debe tener idea de cómo es la novela, antes de leerla. Es larga y se distrae por varios cauces. Pero Manzoni sabe llevar el relato. Se refleja parte de la sociedad del norte de Italia en la primera parte del siglo XVII. Nos falta costumbre de ver personas inocentes como Lucía y conocemos otros relatos como los protagonizados por don Rodrigo o Gris.

El lector debe saber que aparecen detalles y personajes secundarios que dan al texto riqueza de contenido pero que obligan a una lectura reposada, pues el hilo argumental es como los meandros de un río, no rectilíneo, aunque el comienzo y el final son claros.

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