Sarráis, Fernando: Aprendiendo a vivir: el descanso.




Conjugando el rigor intelectual y el estilo divulgativo, Sarráis, psiquiatra de profesión, analiza el descanso, con una necesidad vital que algunas personas tienen que aprender a desempeñar cuando ya son adultos. Su experiencia clínica le lleva a apreciar que algunas personas, especialmente si son perfeccionistas o inseguras, trabajan hasta el agotamiento pero no saben descansar. Reconocer la necesidad del descanso es un primer paso, el siguiente es aprender a descansar del modo más adecuado a las circunstancias personales y el tercero es conseguir incorporarlo al estilo de vida, de forma que no sea una actividad excepcional sino cotidiana. Seguir esas pautas es una ayuda interesante para prevenir el agotamiento el estrés o la depresión. Sarráis dice que el descanso “depende de la realización de algunas actividades que promueven emociones positivas y neutralizan las negativas”. Propone algunas tan variadas como el ejercicio físico; la música; el cine; la lectura; los juegos; excursiones y contemplar cosas ‘buenas y bellas’ como paisajes etc.; la vida familiar y las reuniones de amigos; la risa y el buen humor son otras dos formas importantes. “Hay que aprender a desconectar, que significa dejar transitoriamente de pensar, recordar, imaginar y sentir la responsabilidad por las tareas que se realicen”, afirma Sarráis. Y, sigue diciendo: “No sentirse el único responsable de la tarea (compartir el peso y delegar), aceptar con buen humor el fracaso en ese trabajo, no hacer depender el valor o el prestigio personal de la realización perfecta de las tareas, y desprenderse emocionalmente de la opinión que puedan formarse los demás cuando juzguen cómo desempeñamos nuestros trabajos”. Un primer paso esencial es reconocer que no está en mi mano cambiar todo lo que me rodea, pero sí puedo cambiar la actitud con la que afronto la vida.

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