Collins, Wilkie: La piedra lunar.




Señala un comentarista de Collins que esa piedra había sido venerada durante siglos en un santuario hindú y rodeada de leyendas: La piedra lunar -una piedra preciosa amarilla cuyo color varía según las fases lunares, llega por diversos avatares a manos de Rachel Verinder, heredera de un lord inglés. La joya desaparece inexplicablemente durante una fiesta celebrada en su casa. Cuando el sargento Cuff interroga a los testigos, encuentra diez versiones del mismo suceso. Con una estructura de relatos encadenados, similar a la utilizada en La dama de blanco, Collins reconstruye paso a paso los hechos, a la vez que dibuja con acierto los personajes.

Es como un mosaico en el que cada pieza tiene su lugar exacto para que el dibujo resulte perfecto. Las dos obras están escritas con una técnica similar.

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