Bradbury, Ray: Fahrenheit 451.



Es el relato de un posible y extraño futuro. Montag forma parte de una brigada de bomberos cuya misión no es sofocar incendios sino provocarlos, para quemar libros.

En el país de Montag está prohibido leer; leer lleva a pensar y eso no lo desean los gobernantes. Con un atractivo argumento y ritmo ágil muestra una sociedad en donde la población vive a un ritmo frenético, que impide la contemplación. Donde la imagen no sirve para enriquecer a sus habitantes, sino que se convierte en un modo de esclavitud. Las personas han dejado de serlo para transformarse en individuos que sólo conjugan la primera persona y no existe el amor. La crítica a esa posible sociedad deja paso desde el principio al pensamiento y conducta de una minoría que se resiste a perder su identidad, que aprende de memoria los textos esperando tiempos mejores. La lectura del libro nos plantea temas para reflexionar: pensar en ese porcentaje de población que nunca lee un libro, que de los periódicos sólo lee los titulares, que pasa las horas con los cascos de música puestos oyendo composiciones de ordenador, que huye de la soledad, que vive deprisa sin ir a ninguna parte y que, en definitiva, necesita ayuda. Es compatible un alto nivel de información con una casi nula formación. Quizá a Bradbury le falte recoger lo positivo que hay en las nuevas tecnologías. De todas formas ayudará a plantear si en la vida lo urgente roba el sitio a lo importante.

Si reservamos tiempo para la amistad y la contemplación o si la prisa nos impide valorar el encanto de lo cotidiano.

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