Madieri, Marisa: Verde agua.

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La autora evoca su vida al hilo tenue de sus recuerdos, desde su infancia en Fiume hasta sus años como refugiada en Trieste. El final de la Segunda Guerra Mundial provoca un movimiento de población desde Yugoslavia hacia territorio italiano en una zona de mezcla de población y reivindicaciones territoriales. Pero lo importante del libro no son los recuerdos históricos, sino las reflexiones de paz, melancolía y dulzura que Madieri hace de su vida. Conviene una lectura reposada, lenta, dejándose llevar por la tersa prosa de la autora.

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Dice Chesterton en uno de sus libros que hay dos maneras de llegar a casa, una de ellas es permaneciendo en ella y la otra es caminar por todo el mundo para volver al mismo lugar. La autora de este libro ha seguido la segunda opción. Fue bautizada en la Iglesia católica porque su abuelo era católico. Se educó en un ambiente ateo y ella era consciente y consecuente con ese planteamiento. Cuando comenzó a trabajar no pensaba que llegaría a ser la novia de un abogado, Joe Fulwiler, pero así fue. Se acabaron casando mientas Jennifer se resistía a cualquier planteamiento que supusiera la existencia de Dios. La historia de los años siguientes es la lucha por sobrevivir, pero sobre todo es la historia de la caída de barreras intelectuales, emocionales, etc. para aceptar la existencia de Dios y en concreto la creencia en Jesucristo como Dios encarnado. La autora se resiste a asumir que ella no es dueña de su propio cuerpo. La moral católica le parece retrógrada, un Dios que permite el sufrimie
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