Sánchez, I: Cuidarnos.

 Sánchez, I: Cuidarnos. Ed. Espasa Calpe, 2024                                ENSAYO

   La autora publicó un libro que tituló, Mujeres brújula, con un subtítulo que ideas para superar la adversidad. En esta ocasión el subtítulo que ha elegido es en busca del equilibrio entre la autonomía y la vulnerabilidad, y también refleja bien lo que dice. La autora recibe la noticia de que padece una enfermedad grave y eso le lleva a tener que frenar el ritmo de vida que llevaba. Casi la primera escena es cuando acude a una tienda para buscar algo que necesitarán en el trascurso de la enfermedad. Esa sola descripción vale por un libro. Habla lo imprescindible de ella misma, como ya hizo en el libro anterior, pero vuelca en este libro ideas que ha ido madurando durante meses. La enfermedad, como la vulnerabilidad tiene muchos rostros, pero tienen un gran parecido; la necesidad de ser cuidado y de dejarse cuidar; saber pasar de ser un motivo activo a ser receptor de cuidados hasta hace poco impensables. Esa situación afecta tarde o temprano a muchos todas las personas, aunque solo  fuera por la llegada del tramo final de la vida. Tardé en saber que padecía un cáncer; lo supe al comenzar a leer el libro. Sánchez no oculta la enfermedad y las limitaciones que supone, pero sabe que hay millones de personas vulnerables, y decide hablar de ellas. En el libro muestra problemas habituales, materiales, espirituales, médicos o de descarte social, con historias concretas con nombres y apellidos. La autora los enfoca con un sentido cristiano, lo que no quita gravedad al sufrimiento, pero ayuda a darle sentido. Son muchas las experiencias que muestra; unas las ha conocido en la sala de espera de un hospital, otras por la prensa o por personas que le han relatado experiencias. Son situaciones reales y cercanas, que es posible apreciar en nuestro entorno. Muchas no las percibimos porque vamos rápidos por la vida, pero cuando la enfermedad te frena, eres capaz de ver detalles que antes no se apreciaban. Isabel Sánchez muestra que para cuidar mejor a los demás y dejarnos cuidar, es conveniente tener vida espiritual y una actitud de apertura hacia el prójimo. Ser capaz de pararse a mirar o a pensar y buscar quienes han puesto en marcha proyectos de ayuda. Necesitamos replantearnos el ritmo de vida al que vamos en occidente, primero porque podemos perder humanidad y olvidarnos de las necesidades de los demás. Leyendo el libro he  conocido proyectos y personas que los impulsan de los que nunca había oído hablar. La lectura del libro abre la mente para vislumbrar aspectos a los que tenemos que darles una vuelta si queremos que nuestra sociedad no muera. El libro es optimista y muestra historias positivas y frutos en el mundo que pasan inadvertidos pero tan reales como los titulares de prensa. Que Isabel Sánchez sea la secretaria central del Opus Dei le facilita un campo amplio de escucha, de conocer a personas normales vulnerables o/y que ponen su grano de arena para construir una sociedad mejor. Hay muchas personas que lo hacen, pero ojalá hagamos propia una actitud de compromiso desde el que contribuir con nuestro trabajo o actitudes, pues los problemas no se arreglan solos. Somos frágiles, pero algo podemos hacer. Tras pasar el COVI algunos viven como si no hubiera ocurrido; otros aprendieron a mirar con otros ojos y no han perdido la capacidad de ver y descubrir ocasiones de ayudar a otras personas y de cuidarse a sí misma para seguir en esa tarea. No es un libro para leer deprisa; mejor detenerse en algo que le ha llamado la atención, o si ve un campo en el que contribuir a un mundo más humano.

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