Angello, S.: Unas gotas de aceite.
Angello, S.: Unas gotas de aceite. Ed. Gatopardo, 2017. NARRATIVA
Deliciosa evocación de la infancia y años posteriores de la autora y de su hermana; ambas vivieron durante años el verano en una finca familiar, llamada Mosé, cerca de Agriemento, en Sicilia. El libro tiene dos partes, una con los recuerdos de las estancias desde su infancia hasta la adolescencia y otra con recetas, veintiocho; son una selección de las usadas durante años. Su padre tiene un título nobiliario, además de cierta holgura económica. El padre decidió comprar la finca; la casa principal estaba destruida desde la Segunda Guerra Mundial, pero su padre se propuso reconstruirla y que fuera un lugar de encuentro en verano. La familia inicial es acompañada por la abuela, el matrimonio, los hijos –entre ellos la autora- además de parientes y amigos que pasaban temporadas en la mansión. A eso hay que añadir las personas del servicio más quienes allí les esperaban. En los saludos, los residentes habituales están ordenados jerárquicamente y los saludos son efusivos entre las mujeres y más comedidos entre los varones. La autora no hace distinciones al planear los juegos entre los niños de la colonia que allí reside. La descripción de tareas domésticas, como la elaboración del pan, están descritas con detalle; cada mujer sabía bien su tarea. Es una evocación de la vida en Sicilia desde el final de la guerra hasta inicios de la década de los sesenta. La mafia actúa en ocasiones, si bien según relata la autora no castigaba a las mujeres, por lo que éstas no corrían riesgo directo. En la primera parte describen muchas tareas culinarias; obtener la receta era difícil; se transmitía en el entorno familiar y no era sencillo conocerlas quien no estuviera en ese ámbito. Es deliciosa la lectura de esos recuerdos, sin saberse con precisión cuánto hay de real y qué recuerdos han sufrido la deformación que el paso del tiempo produce en la infancia. Los recuerdos de Simonetta y Chiara, tercera generación, los han contrastado entre ellas. Los detalles de servicio en la convivencia son usuales. La casa la gobernaban dos hermanas de la generación intermedia, Teresa y Elena, que se llamaban entre sí con el modo propio de Sicilia. La década de los cincuenta trajo cambios, como el frigorífico y la sombra de una reforma agraria que suprimiría latifundios. A finales de los años cincuenta, llega la televisión y la autora al crecer percibe fisuras familiares que antes no veía. La parte final la forman las recetas mencionadas.
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