Dahl, R.: Cuentos completos. El autoestopista.



El autor describe una situación con brevedad, precisión e ingenio. Uno de los protagonistas avanza por una carretera a una velocidad razonable. Su coche es de alta gama y podría alcanzar 200 Km., por hora. En el arcén divisa algo más adelante a una persona que hace autostop. Como tiene por costumbre, se detiene y tras verificar que ambos van a Londres, le invita a ocupar el asiento del copiloto. Es un varón de baja estatura que contesta molesto a las preguntas del conductor. En un momento dado se interesa por la velocidad que el coche puede desarrollar. Al oírlo, pide al dueño que lo ponga a esa velocidad. Éste le hace caso y cuando está alcanzando la velocidad punta, se escucha una sirena y les alcanza un policía en moto. El policía se regodea ante la situación y tras tomar los datos a los dos, les comunica que les llegará una citación para juicio. El chófer asustado así se lo manifiesta al copiloto. Éste quita severidad a la sanción posible. Poco después, le dice que él es un especialista. Tras varios intentos de adivinar su trabajo, el copiloto le muestra al chófer el cinturón de éste, luego el reloj, la cartera... Como es habitual en Dahl, el cierre es breve y claro. Un buen relato.

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