Montero, Mercedes: En vanguardia.





La autora dice escribir una semblanza de la vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri, beatificada en mayo del 2019. La realidad es que por la profundidad y dominio de las fuentes usadas, es una biografía bien trabajada. Es clara y completa. Guadalupe nació el 12 de diciembre de 1916 en Madrid y falleció en Pamplona el 16 de julio de 1975. Su padre, Manuel, era militar del cuerpo de artillería, su madre, Eulogia, se dedicó a la atención de los hijos, dos varones mayores que Guadalupe y otro menor, que falleció siendo niño. Un destino militar de su padre fue el norte de Marruecos, Tetuán, en donde Guadalupe asistió a un colegio; algunos de sus compañeros eran musulmanes y todos chicos. Pronto mostró su liderazgo y que no se agobió por estar rodeada de chicos. Comenzó en Madrid la carrera de Ciencias Químicas, que dejó al estallar la guerra. Entonces su padre estaba en Madrid; ella y su madre estaban en Fuenterrabía. Su padre fue detenido y condenado a muerte. Eulogia y Guadalupe acudieron a Madrid y pasaron con él las horas previas al fusilamiento. Al terminar la guerra, Guadalupe siguió los estudios y al acabar comenzó a dar clases en un centro de Enseñanza Media, mientras se planteaba hacer la tesis doctoral. Cuando tenía 27 años, un domingo en Misa notó que Dios le pedía más. Al salir se encontró con un conocido y le preguntó el nombre de algún sacerdote con el que poder hablar. Concertó una entrevista con don Josemaría Escrivá. En marzo de 1944 pidió la admisión como numeraria. Pocos meses después está en Bilbao, atendiendo las necesidades materiales de un colegio mayor que comenzaba, Abando. Poco después, fue ella quien comenzó otro, para mujeres en Madrid, Zurbarán. En 1950 va a México para comenzar la labor de mujeres del Opus Dei en aquel país, al que tomó un gran cariño. En 1956 va Roma para colaborar en el gobierno central de la sección de mujeres del Opus Dei y sale a la luz una dolencia cardíaca, fomentada por unas fiebres en su adolescencia y por la picadura de un alacrán en México. Le operan en Madrid, pero las secuelas aconsejan un trabajo más liviano. Vuelve a Madrid, hace la tesis doctoral en Ciencias Químicas, saca plaza por oposición en un centro público de formación profesional. Antes, durante y después, va respondiendo a la gracia de Dios y su vida alcanza un mayor amor de Dios. Destacó por su sencillez y alegría, entre otras virtudes. Al volver los problemas de corazón en 1975, fue operada nuevamente y falleció pocas semanas después.

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