Nadal, Rafel: Cuando se borran las palabras.



El autor relata en primera persona la historia de su familia. Es el tercer libro de una trilogía que narra la historia de una familia. El relato puede o no coincidir con la realidad de su vida. El protagonista es uno de los doce hijos de un matrimonio de Gerona. Sobrevuela los años de la guerra, si bien no omite las veces que fue, él o algún otro miembro de la familia, a llevar alimentos a algún familiar preso. El centro del relato es la relación entre los hermanos con sus padres. Se detiene de modo particular en el contenido que da título al libro. Relata con detalle las horas que pasó junto a su madre, cuando ésta perdió la capacidad de hablar. Una mirada perdida en algún punto del horizonte. La generosidad en ir a verla y pasar horas con ella, siempre le parece poca. Tiene la duda de si su madre, en momentos de lucidez, tiene conciencia de lo que pasa. Su padre falleció de una forma más rápida. Deja en el aire de si su padre decía en serio: dentro de unos años, haré.... De forma repentina el libro da un salto y dedica un buen número de páginas a relatar el trato con sus nietos, con detalles específicos con cada uno. Omite, o pasa de puntillas, las referencias al yerno. Sus referencias a las costumbres navideñas son claras, si bien parece que para él tienen un sentido más cultural que religioso. Al final del libro aclara que su madre tiene casi cien años y que su capacidad cognitiva ahora sí está mermada. El libro aborda aspectos que la mayoría hemos vivido en algunos aspectos u otros. Incluye algunos comentarios que muestran la sobre protección de los niños en la actualidad, consciente o no, de que él hace cosas por sus nietos que si las pensara se daría cuenta de esa forma cultural. Relato intergeneracional que da saltos en ocasiones, pero que ayudan a trazar la trayectoria de una familia, real o ficticia, que sitúa en un lugar y tiempo concreto.

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