Fontana, Giorgio: Por ley superior.



Por ley superior muestra el dilema que tiene el fiscal suplente de Milán Roberto Doni, ante el recurso de apelación de un abogado defensor contra la sentencia condenatoria del tribunal de delitos penales de la audiencia de esta ciudad. Es el caso de un emigrante tunecino, Jaled, condenado a pena de cárcel como cómplice de la agresión con arma de fuego en la que una joven resultó herida de gravedad. Aunque los autores del disparo se fugaron, el tunecino fue identificado como acompañante del grupo y sentenciado como implicado en el delito. El fiscal, en su madurez profesional, se dispone a confirmar la sentencia pues las pruebas de la policía y las declaraciones de testigos no dejan margen de duda sobre la culpabilidad del procesado. Al final de su brillante carrera y a la espera de un destino previo a la jubilación, goza de un merecido prestigio profesional. Semanas antes de la fecha del recurso, recibe la visita de una joven periodista, Elena, quien asegura tener pruebas que demostrarían la inocencia de Jaled. Según afirma Mohamed, un compañero de trabajo, los dos amigos estaban lejos del lugar de la agresión, algo no fue declarado antes por temor a la policía. Después de varias entrevistas, convencido de su sinceridad, el fiscal se plantea un dilema de conciencia: elegir entre el ejercicio del ministerio fiscal, con la casi segura condena de un inocente. La otra opción es pedir su absolución ante la falta de certeza plena de que esa decisión sea justa. El tema se agrava al pensar que si anula la sentencia quedará desprestigiado ante sus colegas. Fontana hace una brillante descripción de la situación y de las alternativas. Lleva a cabo un ejercicio de introspección del personaje, descrito con calidad literaria. Sitúa la acción en Milán. El fiscal acude a un antiguo profesor de su facultad, en petición de consejo, sabe de su rectitud y profesionalidad. Justicia y ley no siempre se identifican, pero saltarse la ley para buscar la justicia, llevaría a convertir la sociedad en una selva. A la vez, la comodidad personal no puede traer la inacción por cobardía. No sería necesario saltarse la ley, basta con retirar la petición de la fiscalía de cárcel. La decisión debe ser personal; la cómodo es dejar que todo siga su ritmo; lo contrario es exponerse a críticas, incomprensiones… Parece disponer de datos, pero…

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.