Gautreaux, T.: Luisiana, 1923.



La familia Aldridge se dedica a negocios madereros en Pensilvania. El hijo mayor, Byron, participó en la Primera Guerra Mundial, animado por su padre quien esperaba volver a verlo con medallas al valor. Pero Byron vuelve trastornado por lo que ha vivido en Europa; oleadas de soldados lanzados a la carga, cayendo en un intento tras otro en la guerra de trincheras. A su vuelta, en lugar de volver a su casa se va lejos y trabaja como alguacil en un aserradero de Luisiana. Al enterarse el padre de su paradero, compra la explotación maderera en la que trabaja su hijo mayo y envía al segundo hijo, Randolph, para que la dirija y recupere a su hermano. La novela relata esa misión, ardua por la situación mental de Byron y por las dificultades que entraña dirigir en aquel lugar una empresa maderera. El lugar es inhóspito y los empleados, el fin de semana se dedican a beber y frecuentar mujeres llevadas para el ocio de los asistentes al local que regentan personas que en última instancia obedecen a un mafioso, de origen siciliano, apellidado Buzetti. Los métodos que usa Bryon son rudos, si bien el ambiente es muy duro, de violencia; con frecuencia se producen asesinatos, peleas, etc. Randolph acompaña más de una vez a su hermano, o le sustituye, y usa más de una vez métodos similares. Por otra parte, la recuperación de Bryon es lenta y con altibajos. La criada que atiende a hermano menor, May, intenta seducirle; desea tener un hijo blanco sea cual sea el padre. El ambiente racista en el que viven y los antecedentes ayudan a conocer el contexto. Mientras, la esposa de Randolph le pide que regrese a casa y, ante su negativa, se va a vivir ella a la explotación maderera en Louisiana; al comienzo se aloja en un hotel pero se acaba por trasladarse a la sede de la explotación de madera. El negocio es rentable, pero el ambiente, por la dureza climática como por el ambiente no es el idóneo. May queda embarazada, sin que se ofrezcan descripciones, y ambos hermanos se consideran el padre del pequeño Walter, que alegra la vida del lugar. La represalia de Buzetti a las negativas a abrir el local de ocio los domingos va llegando de forma inesperada y dolorosa. Se suceden los golpes y contragolpes, a la vez que se dan intentos para buscar soluciones a los problemas; la familia es presentada como un lugar de acogida, si bien el padre no supo acertar con Bryan. Los personajes están perfilados, las descripciones de hechos y lugares son precisas. Novela de calidad, dura, pero abierta a la trascendencia y, por tanto, a la esperanza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.