Enkvist, I.: Educación. Guía para perplejos.



Esta prestigiosa profesora sueca ha publicado diversos libros sobre educación, entre otras materias. Sorprende la claridad con la que expone las carencias educativas de Occidente. En una época en la que tenemos dinero para invertir en educación, nos falta la claridad de ideas para que el sistema educativo sea todo lo solvente y eficaz que debiera serlo. Algunos problemas afectan a factores externos al mundo educativo: la fragilidad de la institución familiar, la fuerte dependencia de factores políticos en los sistemas educativos, etc. Otro factor es el hedonismo que dificulta exigir el esfuerzo que supone aprender. Si ese caldo de cultivo es posible es porque la sociedad ha perdido los valores fundamentales que durante siglos, al menos en teoría, sostenían el llamado mundo occidental. Es obvio que no se trata de una vuelta al pasado, es más de aplicar con sentido crítico las medidas, empezando por saber que la educación necesita de dinero para mejorar, pero no cualquier inversión material se traduce en una mejora educativa. Unas expectativas excesivas sobre el papel de la tecnología en el aprendizaje, la falta de apoyo a la autoridad del docente. No queremos buenos resultados a costa del estrés que se genera en los países orientales que encabezan el ranking de PISA, pero quizá sea más dolorosa la apatía por la falta de ideales, de motivos por los que trabajar y esforzarse, por una cierta incapacidad para mantener la atención porque dispersamos la energía en otros muchos puntos. No todo el panorama es negativo: alumnos con necesidades educativas especiales, que antes era orillados en el sistema escolar o social, ahora reciben una mejor atención. Quizá se está descuidando el potencial de alumnos que podían rendir mucho más y que en un entorno mediocre no lo hacen, o si lo hacen es por motivaciones egoístas. Posiblemente, corrigendo algunas carencias y usando las posibilidades actuales, se pudiera lograr una calidad educativa como nunca ha tenido la humanidad. Quedaría por tratar de si esa educación es solo de conocimientos o lograr personas con valores humanos y con afán de servicio. La lectura del libro no puede dejarnos indiferentes; cada uno desde su lugar puede pensar en cómo le afecta uno o varios rasgos de los comentados o de otros que ha dicho en publicaciones anteriores a esta.

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