Carrasco, J.: Llévame a casa.

Juan al terminar la carrera se va a vivir de España a Gran Bretaña. Su hermana, tras una brillante carrera, se casa y conjuga el hogar y el laboratorio junto con su esposo. Con frecuencia, va al pueblo donde viven sus padres. Es un viaje largo, pero Isabel lo considera necesario; a Juan se ha cansado de llamarle y escuchar sus escusas. Juan llega a tiempo del entierro de su padre, algo retrasado para darle tiempo a llegar. Tras una tensa conversación con su hermana, tienen otra, en esta Isabel le dice que por motivos profesionales, su familia se va dos años a EE. UU. La marcha la retrasando pero ya es inminente. Su madre, tiene un principio de Alzheimer que irá a más. Juan, al principio piensa que será cosa de unos días: arreglar los papeles de sus padres y dejar a su madre a cargo de una persona contratada. Conserva el billete de vuelta a Edimburgo, para dentro de una semana. A medida que pasan los días, ve que el tema se prolongará y resuelve por teléfono el retraso en su empleo y el alquiler del apartamento. A medida que pasan las semanas, ve que su estancia en España es para un tiempo indefinido. Su madre, junto a momentos en los que parece que la enfermedad no avanza, tiene otros que no dejan dudas. Un día, le pide a su hijo que le lleve a su casa; Juan le explica que es esa en la que viven, pero su madre le da algunos detalles que le llevan a Juan a pensar que se refiere al molino donde ella vivió hace más de sesenta años. Carrasco describe bien lo que pudiera ser una situación real en cualquier lugar de España.