Akbar Omar, Q.: El fuerte de las nueve torres.



El título se completa con historia de una familia afgana. Su autor es un miembro de la familia: Qais Akbar Omar. El relato comienza con el final de la ocupación rusa de Afganistán y llega hasta el comienzo de la década del 2010, cuando el autor tiene treinta años y puede decir que rumbo han tomado muchas personas que apareen en el libro. El título responde al nombre de la casa que tenía en Kabul el patriarca de esta familia; un hombre culto y de buena posición social. Es la historia de esta familia, pero podía haber sido la de otras del país. Su familia vive la lucha feroz entre los jefes de las fracciones que dominan el país al caer el títere puesto por los rusos. Para evitar el efecto de los misiles, francotiradores, etc., los padres del narrador, huyen de un lugar a otro en un vehículo del padre. Este trabajó como profesor de física en un instituto de Kabul, pero sobre todo era un comerciante de alfombras. Junto a las muchas penalidades, se aprecia el hondo sentido de la hospitalidad que vive ese pueblo, quizá con aquellos a los que se sienten unidos por lazos de sangre o lugar de origen. Ese hecho, puede llevar a pasar de estar a punto de ser acribillado a ser recibido como un familiar por el tiempo que sea preciso. La familia en Afganistán, abarca lo que es tradición el occidente, más primos, tíos, etc. El papel de la mujer en la vida social ha sufrido altibajos. La madre de Qais trabajó en un banco y treinta años después se reincorpora a ese trabajo. Entre tanto, el régimen talibán y los bombardeos posteriores al 11 de septiembre del 2001. Cuando la familia de Qais, tras muchas penalidades, está a punto de abandonar su país, comienzan los bombardeos de EE. UU., y de Gran Bretaña, que luego fueron seguidos por la ocupación militar. El padre de Qais se niega a abandonar el país pues, según afirma, hay algo común a sus compatriotas, la religión musulmana, vivida de forma diversa, y la defensa territorial del su país ante cualquier enemigo externo. Esto ha sido así durante siglos y perdura en la cultura de muchos habitantes. La extensión de Afganistán es algo más de 600.000 kilómetros cuadrados, con una población cercana a los 40 millones de habitantes y abundantes zonas montañosas, de donde provienen los pastunes, sangre que lleva esta familia en sus venas. La crudeza de algunos pasajes es preciso valorarla antes de aconsejar el libro.

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