Doyle, A. C.: El sabueso de los Baskerville.


El albacea de sir Arthur Baskerville buscó a Sherlock Holmes, tras el fallecimiento del sir y la inminente llegada de su heredero. Sir Arthur falleció cerca de su casa, probablemente a causa de un infarto, atribuido al terror de ver a un animal que la leyenda describía como un ser bestial. Fue Watson el encargado de acompañar al nuevo propietario, sir Henry. La descripción de los habitantes del páramo, en donde está la mansión de los Baskerville, ocupa buena parte del relato. Hay personas con un perfil menos grato, pero no como para pensar que puedan ser asesinos. Watson informa a Holmes cada día de los avatares de la jornada. Un día, Holmes aparece por sorpresa y, en pocas horas, resuelve un misterio que podía haber terminado en tragedia.

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