Segovia, S.: Peregrinos.


Cuando en 1933 Adolf Hitler accedió al poder, muchos alemanes creyeron en su promesas de trabajo y de recuperar el orgullo alemán pisoteado en 1918, etc. Solo unos pocos pensaron que les llevaría a otra guerra. En este contexto se desarrolla la vida de dos familias prusianas, los Schipper y los Hahlbrock. Inicialmente están orgullosas de recuperar la unidad de Prusia con el resto de Alemania. El Führer terminó con el paro en Alemania. La anexión de territorios al espacio alemán, fue justificada por las autoridades y por la falta de respuesta internacional; Cuando en 1939 Alemania y Rusia se repartieron el territorio polaco, muchos habitantes de ese país pasaron a trabajar en régimen de semi-esclavitud para los alemanes. Las dos familias que componen el eje del relato tenían empleados polacos para las tareas agrícolas de sus granjas; abastecían las peticiones del gobierno y a ellos mismos. Cuando el sr. Hahlbrocy fue alistado por el ejército, el temor creció en su familia; su vuelta fue penosa. Herido en el frente de Leningrado, tardó mucho tiempo en recuperarse psíquicamente de su estancia en el ejército. Cada vez las noticias son más alarmantes y mayor la exigencia del gobierno. Al ver convoyes de soldados alemanes que vienen del este, la realidad se impone; es un ejército derrotado y con numerosos heridos. Arno Schipper e Ilse Hahlbrock tienen nueve años y van con sus familias en un éxodo incierto. Buscan escapar del caos, del hambre y de una muerte incierta. Sin embargo, la maldad que les rodea no les arrebata la esperanza de la paz en algún lugar donde sea posible volver a llevar una vida normal. La autora se inspira en hechos reales para contar la historia reciente. Se apoya no en los acontecimientos bélicos, sino en la vida cotidiana y en los sentimientos de quienes vivieron esos acontecimientos. El modo de pensar de los niños aporta calor al relato. Las vidas que se narran como relatos paralelos no se relacionan hasta el final. En parte es lógico, pues unos son fervorosos partidarios del régimen y los otros no. La autora refleja que no todos los alemanes fueron culpables del horror de la guerra y simpatizantes del régimen nazi. El miedo a los rusos es un elemento común a buena parte de los alemanes; entre otras causas, porque durante la Segunda Guerra Mundial el número de muertos soviéticos fue de veinte millones, si bien no todos fueron a causa de la guerra.

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