Pérez, G.: Álvaro D´Ors. Sinfonía de una vida.

    Álvaro, hijo del filósofo Eugenio, sobresale como jurista y profesor de Derecho Romano; además fue un experto del derecho y de la antigüedad clásica. Su importancia en el ámbito académico viene como fruto de sus años de docencia y por sus numerosas publicaciones.  Don Álvaro, como le llamaban muchos alumnos y colegas, consideró que su vida fue armónica y que compuso una sinfonía. El autor, yerno del biografiado, repasa la juventud del jurista, su infancia en Barcelona, el descubrimiento de la lectura y los clásicos. Desde muy joven leía a los clásicos griegos y latinos en su idioma original. La separación de sus padres, Eugenio y María, fue algo que vivió en la intimidad y sobre la que nunca hizo comentarios en público. Sus reflexiones sobre las humanidades y la vida universitaria, la reflejó en varias publicaciones y discursos. Durante la guerra civil, tras pasar desde Cataluña a Francia y desde ahí al otro bando, se alistó como Requeté, primero como soldado y luego alférez. Al terminar la guerra, comenzó su vida como profesor de Derecho Romano; obtuvo catedra universitaria y ejerció en Granada y luego en Santiago, en donde conoció a su futura esposa, Palmira. En 1942 conoce al fundador del Opus Dei y ve ahí su forma de vivir la vida cristiana; era algo que buscaba y no encontró hasta que un amigo le presento a quien ahora es San Josemaría. Cuando fue posible, pidió la admisión como supernumerario; había contraído matrimonio con Palmira, con la que tuvo varios hijos. En su vida profesional destaca su trato con Carl Schmitt,  de gran prestigio en el mundo universitario.   A comienzos de la década de los años 60 del siglo XX, se traslada con su familia a Pamplona, para ser profesor de Derecho Romano. Mientras, su prestigio iba en aumento, tanto por su capacidad como por su laboriosidad. En Pamplona se implicó en la formación de la biblioteca, algo que como humanista consideraba de primera necesidad. Esa una vida trabajo y de reconocimiento por sus aportaciones, no le supuso dificultad para saber que Dios estaba en primer plano y que  en su camino hacia la santidad su familia era una prioridad. Destacó por su generosidad al formar a otras personas y su lealtad a los valores centrales de su vida. Este libro, permite acercarse a su calidad científica y su talla espiritual y humana. Los doctorados honoris causa son una parte del reconocimiento a su trabajo en el que, lógicamente no todo fueron éxitos y en donde como todos, tuvo sus puntos fuertes y otros más costosos. La calidad de la documentación se debe en buena parte en los testimonios que recogió el autor entre quienes le trataron y en los muchos cuadernos de notas que fue escribiendo a lo largo de su vida.


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