Eliot, T. S.: La tierra baldía.

     T.S. Eliot (1888-1969) entra en el ambiente literario en 1922 con este poema. Superpone imágenes sin hilo argumental, construyendo un collage mezclando personajes contemporáneos con imágenes y símbolos tomados de diversas fuentes culturales y artísticas: historias normandas, mitología griega, referencias a Dante, Shakespeare… y muchas más. Para seguir mejor todas estas referencias conviene leer el poema acompañado de un buen comentario. El tema central es la visión de una tierra infecunda habitada por personas que rechazan la experiencia de la muerte, y en ella, cualquier deseo de una vida mejor. Son la semilla que no quiere morir al hundirse en la tierra y rechazan la primavera como un periodo de crueldad. Lo sorprendente es que todavía es muy reciente la Primera Guerra Mundial, con la crueldad de un tipo de guerra que no se había tenido nunca antes. En el texto comienza el poema: Abril es el mes más cruel, / criando lilas de la tierra muerta, /mezclando memoria y deseo/ avivando raíces sombrías con lluvias de primavera. Los que huyen de la metamorfosis de la muerte evitan preguntarse sobre el mundo o la transcendencia, llevan una vida frívola, volcados en las vidas de otros, procurando no fijarse en la propia. Incapaces de amar de verdad, reduciendo el amor a un juego, como una partida de ajedrez. El resultado es la esterilidad: El hombre moderno rechaza la naturaleza y sus ciclos. La tierra de los que evitan morir se torna baldía. La vida se vuelve rutinaria y el hastío los invade. Los amantes no son capaces de amar, el río de la vida va lleno de basura y el aliciente es dejarse llevar por los sentidos. Pero aún hay gente que busca; en medio del fuego que les devora. No faltan personas que aceptan la experiencia de muerte: Flebas, el ahogado, imagen del que muere y se sumerge en la profundidad de lo desconocido, sufre una metamorfosis que le convierte en alguien distinto y más valioso: “Esas perlas eran antes sus ojos”. Esa es la experiencia que debemos atender. Ese es el mensaje final del poema, la clave para acabar con la tierra baldía y convertirla en tierra fecunda: la renuncia y la entrega personal, la ruptura de la cárcel del individualismo, y el dominio de sí mismo en armonía con la naturaleza. Es el camino que Eliot se propone. Para poder elaborar este comentario, he tenido que buscar pues con la sola lectura del texto, breve, resulta muy difícil entender el contenido. El  lector no especialista, necesita ser guiado para comprender este texto. Después del sufrimiento de la guerra reciente, viene los felices años veinte en los que una generación que ha sobrevivido a la contienda se vuelca en el carpe diem.


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