Frankl, Viktor:
El hombre en busca de sentido. Ed.
Herder. 2016.
Este
libro recoge el sufrimiento propio y ajeno en los campos de exterminio por los
que pasó, para terminar en Auschwitz.
Allí fueron asesinados sus padres y su esposa, con la que llevaba casado unos
pocos años. Dedicó muchas horas a transmitir esperanza a otros prisioneros. Su
condición de médico psiquiatra le ayudó percibir cuando un prisionero
transmitía con su mirada que había perdido el deseo de vivir, lo que, en la
práctica, significaba que en pocas horas fallecería. En condiciones tan adversas sin esperanza es imposible
sobrevivir. De él es la frase que da título al libro y es un resumen de su modo
de enfocar la vida:
Nosotros hemos tenido la suerte de conocer al hombre mejor que ninguna otra
generación. ¿Qué es en realidad el hombre? Es el ser que siempre decide lo que
es. Ha inventado las cámaras de gas, pero es también el ser que ha entrado en
ellas, con paso firme, musitando una oración. Frankl escribió un breve tratado
sobre la logoterapia, que ha sido llamado la
tercera escuela psiquiátrica de Viena. Freud apoyó su antropología en la
libido, Adler en el afán de poder y Frankl en el sentido de la vida.
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