Laforet, Carmen: La mujer nueva.



La juventud de Paulina no fue fácil. Durante la Guerra Civil Española (1936-1939) estuvo en Barcelona conviviendo con un hombre; eran partidarios del amor libre y, en mayor o menor medida, de los postulados que defendía el bando republicano.

Eran agnósticos o ateos; ni se planteaban la diferencia. Paulina sentía resentimiento hacia la Iglesia. Su madre había sido una beata del estilo que se criticaba socialmente; su padre, infiel a su esposa y con aparente vida cristiana. Con los años Paulina se casó con Eulogio, de familia adinerada y con aires de abolengo. Tardó en ser aceptada por la familia, pero finalmente lo fue. Es madre de un hijo, Miguel, y descubre que es lo único que le une a su esposo; a la vez, mantiene relaciones ilícitas con su cuñado Antonio, sin que nadie parezca ser consciente. Un día, decide irse a Madrid. Antonio le busca y acompaña parte del trayecto; los años de Madrid son complejos por falta de orden en sus afectos. Sin buscarla, tiene una conversión a la fe católica; había sido bautizada, pero nunca practicó. Su trayectoria posterior, con crisis y momentos de gozo, es la lucha por ser coherente con su fe; Antonio insiste en que se case con él tras el fallecimiento de su esposa, enferma de cáncer terminal. Por otra parte, para facilitarle la decisión, Eulogio le comunica que su matrimonio no quedó registrado, por lo que ante la ley está libre de compromisos. Lo esencial para Paulina no es eso, sino acertar entre optar por la que muestra Antonio hacia ella o la escasa afectividad que tiene Eulogio. De su matrimonio pudo no quedar constancia legal, pero ser válido. La decisión que tome, será la que en conciencia considere idónea.

La trama parece compleja; la autora da vueltas sobre varios sucesos y narra otros que giran alrededor de Paulina. Destaca su capacidad para reflejar cuando la protagonista se ha sentido mirada de forma lasciva, con instinto animal.

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