Llano, Alejandro: Otro modo de pensar.

El comienzo del libro se presta a error si se hace una lectura superficial. Comienza repitiendo ideas que ha dicho, bien fundadas- en diversas ocasiones. Pero una lectura más amplia y profunda permite descubrir que Llano no defrauda. Ayuda a percibir cómo buscar la verdad, aquella que somos capaces de vislumbrar, es algo más que sentido común codificado. Lo que durante siglos ha parecido obvio ahora es cuestionado e incluso negado. El relativismo intenta poner todo al mismo nivel, pero por encima de Estado del bienestar, que ha supuesto un notable avance social en muchos campos y para muchas personas, hay otras verdades más primarias. La historia enseña que a lo largo de los siglos se mudan aspectos que parecían definitivos, pero hay unos principios que solo si se renunciara a ser persona se podrían aceptar. La familia es una realidad primaria, superior en antigüedad y arraigo a otro tipo de sociedades, por importantes que estas sean. Cuando el propio estado del bienestar se vuelve contra los principios que lo sustentan, porque son la base esencial para la condición de personas, ese estado está perdiendo la legitimidad que sólo ha tenido mientras ha sido fiel a su función. Pensar es arriesgado; a veces, cuando la avalancha de información parece cubrir la sabiduría que debiera estar en su base, se hace preciso volver a buscar los fundamentos de la propia existencia, porque o ya no son evidentes o quienes los niegan no están dispuestos a aceptar otra realidad que la que el relativismo cultural intenta generalizar. En esa tarea hay que hilar muy fino, pues sería un error considerar intangible lo que no lo es; pero es igual de erróneo considerar cultural lo que está en la esencia de la condición personal. La lectura del libro ayuda para que el lector a elaborar su propio pensamiento. La tarea es fatigosa y no sencilla. El propio lenguaje está pervertido en temas capilares. En acertar en lo esencial resulta vital para la defensa del ser humano. Apostar por lograr un tejido social rico, valioso y denso es una buena ayuda para no dejar solos dos interlocutores: el estado del bienestar y el individuo.