Lovasik, L. G.: El poder oculto de la amabilidad.



La amabilidad no es una estrategia, es una consecuencia de saber mirar a los demás desde el prisma adecuado. Desde esa premisa, se puede aprender a cultivar para desarrollar más esa capacidad. Para lograrlo el autor da numerosas pistas, que no resultan agobiantes sino por el contrario abren muchos horizontes. Entre los campos que sugiere, se pueden ver tres áreas: mis pensamientos, la convivencia en familia y el trato con otras personas. En el primero, un campo de mejora puede ser nuestro modo de mirar que evita juzgar a los demás y menos establecer juicios temerarios o críticas internas. Una mirada amable lleva consigo tratar de ver los aspectos más positivos de los demás. En la convivencia familiar será el cuidar las manifestaciones del carácter para lograr crear un clima de paz y serenidad, de confianza y alegría. En el trato con otras personas nuestra actitud puede comenzar por saber contener la ira, dominar nuestra lengua, aprender a corregir, si procede con amabilidad, procurar dar buen ejemplo, no hablar nunca mal de nadie. Son cientos de pistas las que ofrece Lovasik. Por si fuera poco, en el apéndice final incluye una serie preguntas que cada uno se puede hacer de forma personal para establecer puntos de mejora, que siempre son posibles. Hacer la vida agradable al menos a una persona por día, es una de las muchas maneras de comenzar. Si somos amables con nosotros mismos, plantearemos la lucha no como algo estresante, sino mediante un plano inclinado que nos permitirá desarrollar en unos meses una nueva forma de mirar a nuestro alrededor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.