Suárez, C.: Cómo cambiar tu vida con Sorolla.

  Libro que tiene un alto componente biográfico, pero que el autor no tiene inconveniente en completar algunos pasajes con texto imaginarios de cartas-avisa que son inventados- Conoce bien al pintor, pero conjuga datos biográficos, con muchas referencias a su obra, y algunos textos en los que sugiere lo que pudo ocurrir, por ejemplo una posible carta entre dos amigos. Sorolla. El pintor nació en Valencia en 1863 y falleció en Cercedilla (Madrid) en 1923. A los dos años, a consecuencia de una epidemia queda huérfano de padre y madre y es atendido por unos parientes. Cuando él manifiesta su deseo de dedicarse a la pintura, se sacrifican para darle la preparación que está a su alcance. Los primos años son de búsqueda, viaja a Paris en más de una ocasión, conoce las diversas corrientes artísticas, pero no se identifica con ninguna. Será cuando se decida a ser él mismo cuando sus cuadros logren la calidad que con los años irá mejorando. Fue un trabajador infatigable. Se presenta a varios concursos, con poco éxito. En 1888 se casa con Clotilde en Valencia, él tenía veintiocho años y ella veintitrés. Viajan a Italia en donde conocen las obras de grandes pintores, pero será en Asís cuando se asiente y gracias al constante apoyo de su esposa, vaya pintando según un estilo propio. Joaquín Sorolla estuvo siempre profundamente enamorado de su esposa Clotilde, con la que tuvo tres hijos. Ella le ayuda a ordenarse cuando la imaginación le hace perder contacto con la realidad. Lo mismo que no se sumó a ninguna corriente conocida en París, tampoco se dejó influir por el ambiente bohemio que abundaba en los círculos artísticos. Marido y mujer se escribieron más de dos mil cartas, casi tantas como cuadros pintó. Si la familia fue su gran soporte y estuvo enamorado de su esposa, la pintura será su otro amor al que dedica todo el tiempo disponible. No es fácil saber en ocasiones hasta donde llega el afán por pintar o se mete el deseo de ganar dinero, más fuerte que su deseo de ser reconocido o premiado.  Dedicó muchas horas a estar en el museo de El Prado contemplando la obra de Velázquez, si bien siempre tuvo claro, para él y sus amigos pintores, que el camino no era imitar al gran pintor del siglo XVII sino dejarse empapar por su forma de pintar y luego seguir el propio camino. No hay etapas marcadas en obra pictórica, salvo las que puedan descubrir especialista en su pintura. Si pinto El beso de la reliquia el 1893, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, dos años más tarde pintará Cosiendo la vela, con la luminosidad que tienen gran parte de sus cuadros. La luz de Mediterráneo es frecuente en sus cuadros, como El baño del caballo y otros muchos. Alterna cuadros de este tipo con retratos de las personas más emblemáticas de la época. Su contrato con un mecenas y galerista de Estados Unidos le lleva a comprometerse a pintar más de lo razonable. Quizá eso le fue minando la salud, que tres años antes de fallecer le va dando avisos. En cuanto a su tendencia política es republicano, a pesar de su trato amistoso con Alfonso XIII. La religión no se menciona en ningún momento a lo largo del libro, por lo que cabe pensar que la viviera. Sus ejes principales fueron su pasión pictórica y su familia. En Madrid hay un museo dedicado a él, si bien siendo tan extensa su obra pictórica está repartida por el mundo occidental.

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