Duriez, C.: Tolkien, J. R. R. Génesis de una leyenda.

 El autor ha escrito un libro bien documentado en el que relata a lo largo de poco más de 200 páginas la vida de prestigioso autor que se indica en el título. Tolkien nació en 1892 en Sudáfrica, lugar en donde su padre residía por motivos laborales. Pocos años más tarde, por la delicada salud de los hijos, la madre se trasladó a Reino Unido y allí residió a la espera de que su esposo ordenara las tareas profesionales pendientes y volverse junto a ellos. La muerte le sorprendió en esa fase. Mabel, la esposa y madre, era católica y al quedarse viuda no fue acogida por esa razón por las familias, ni la suya ni la de su difunto esposo. Gracias a la ayuda que encontró en un sacerdote del Oratorio de Birmingham, el padre Francis, pudo escolarizar a los hijos y sobrevivir. Poco después, en 1904 Mabel murió a causa de la diabetes que padecía, incurable en aquella época. Ronald, así era conocido en que sería famoso autor, pudo seguir estudiando gracias a la ayuda del mismo benefactor mencionado, el padre Francis. Le interesaban tantas cosas que pasó unos años dispersos, hasta el punto de que corriera riesgo la beca de la que disfrutaba. Siendo joven todavía Ronald conoció  a Edith, tres años mayor que ella, y se enamoró. Ese fue un factor que a juicio del padre Francis le llevaba a Ronald a no centrarse en los estudios, por los que acabó prohibiendo a Ronald que hasta la mayoría de edad de esté, veintiún años, viera o escribiera a Edith. Por eso, o por otras causas, Ronald se centró en los estudios y logró tener opciones para estudiar en Oxford. El día que cumplió 21 años tomó un medio de transporte público y se fue a ver a Edith. Está tenía ya otro novio, pero no hizo falta mucho empeño para que se tomara en serio su compromisos con Ronald. En 1914 llegó la Primera Guerra Mundial y en Reino Unido se presentaron voluntarios miles de jóvenes para ir al frente. Ronald, a su pesar, decidió no hacerlo hasta lograr la graduación en Oxford y casarse con Edith. Una vez hechas ambas cosas, se alistó. Su frágil salud y la brutalidad de la guerra le llevaron a ser evacuado a un hospital de Reino Unido y tras varias fases de mejora y enfermedad, fue declarado no apto para el servicio militar. Ahí es cuando comienza su carrera profesional, comenzando por los escalones más bajos de la vida universitaria y pudiendo atender con dificultad el primer parto de Edith. Ronald hizo amigos con cierta facilidad, no así Edith, y participó en varios grupos literarios. Su facilidad para las lenguas, antiguas, nuevas e inventadas iba pareja al mundo que fue creando y en donde nacen El Hobit y luego El Señor de los Anillos y el Silmarillion, además de varios cuentos. Su amistad con C. S. Lewis fue duradera, si bien pasó por algunos altibajos. En mayor o menor medida Tolkien ayudó a Lewis en su evolución religiosa, desde el ateísmo al anglicanismo. Ambos cultivaron la escritura de literatura fantástica, si bien con diferencias importantes. Lewis escribe de una forma que su asociación con el hecho religioso es más directa, como lo eran muchos de los libros que publicó. Los de Tolkien teniendo un fondo cristiano, no es explícito. Ambas opciones son legítimas y tanto las Crónicas de Narnia como El Señor de los anillos han pasado a la historia. Los años finales de la vida de Tolkien fueron más tranquilos desde el prisma económico, gracias a los derechos de autor. El matrimonio Tolkien prefirió la paz de vivir en un lugar en donde fueran poco conocidos a la avalancha de fans que surgieron con la publicación de sus libros. J. R. R. Tolkien falleció en 1973, tres años después que su esposa y debemos a su hijo Cristopher el  que se hayan publicado numerosos textos que su padre tenía inéditos.


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