Lee, Harper: Matar a un ruiseñor.



Mycomb es un pueblo ficticio del sur de Estados Unidos, en el estado de Alabama; allí vive la familia protagonista de la historia. Scout Finch, es la hija pequeña de Atticus y Jem es hermano de Scout y tiene cuatro años más. Aticcus es un abogado viudo que trata de educar a sus hijos lo mejor que sabe y puede. A veces es la cocinera Calpurnia quien sabe poner en su lugar a los niños. Calpurnia, mujer de color, lleva muchos años en la casa y además de la comida se encarga de la limpieza y de acoger a la pequeña Scout en los momentos que esta necesita más cariño. Eso no evita su firmeza con ellos. La historia se cuenta a través de la vida de Scout, y los sucesos narrados están ambientados en la Gran Depresión que siguió a la Crisis de 1929. La novela fue publicada en el 1960 y su autora no concedió entrevistas; meses después de su muerte se publicó un libro a su nombre. No hay certeza de que ella lo autorizara y algunas de las ideas ahí expuestas con encajan con las que aquí se aprecian. De todas formas es por este libro que comentamos por el que su autora saltó a la fama. Describe muy bien el ambiente social de una pequeña población de sur de Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX. Además de la pobreza en la que viven algunos habitantes, el racismo es el rasgo más destacado. Los blancos se consideran superiores a los negros y así se refleja en su modo de comportarse. La historia está contada reflejando en muchos momentos los sentimientos y el modo de percibir la vida de la niña Scout. Queda muy bien reflejado cuando su hermano Jem entre en la pubertad y cambie algunos modos de comportarse que asombran a su hermana pequeña. Hay un tercer personaje infantil, Dill, que pasa los veranos en Mycomb y con quien los hermanos Atticus tienen gran amistad. Los miedos infantiles se reflejan al tener que pasar camino a la escuela por delante de la casa de Boo Radley, arisco y solitario. Un día, Atticus recibe el encargo del juez del lugar de encargarse de la defensa de Tom Robinson, un hombre de raza negra, acusado de violar a una joven blanca. Atticus logra demostrar la inocencia de Tom Robinson en el juicio, aunque este termina siendo condenado. El padre de la supuesta chica violada, Bob Ewell, decide vengarse de Atticus por defender a Tom y por dudar de su testimonio y dejar en evidencia la escasa fuerza de sus argumentos acusatorios. Ewell decide atacar a los hijos de Atticus, Scout y Jem, aunque estos salen vivos a la intervención de Boo Radley. El modo de reflejar la vida allí y las convicciones de sus habitantes está logrado con eficacia. Atticus no logra ganar el caso, pero que un blanco asuma la defensa de un negro acusado de violación, es un ejemplo de rectitud y honestidad.

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