Laria, Raffaele: Santa Faustina y la Divina Misericordia.



El autor recoge rasgos básicos de la vida de Santa Faustina, nacida en una población polaca en 1905 y fallecida en Cracovia en 1938. Su vida, en el estado religioso, fue un mandato divino expreso. Sufrió mucho hasta que encontró a al sacerdote Miguel Sopocko, quien entendió su alma y la orientó en su vida espiritual. Por un malentendido, rompió los apuntes tomados con el contenido de las primeras revelaciones; su director espiritual le mando escribir que recordara de lo borrado. A partir de ese momento, escribió varios cuadernos. La imagen de Jesús con los rayos rojo y blanco, le fue revelada para que mandara pintarla. El contenido de sus revelaciones estuvo bajo reserva de la Santa Sede, hasta que san Juan Pablo II dio un impulso a su mensaje y a su proceso de canonización. En 1980 Juan Pablo II escribió la encíclica Dives et Misericordia. En el año 2.000 ese mismo Papa decidió establecer que el segundo Domingo de Pascua fuera dedicado a la Divina Misericordia. Si bien no es materia de fe el contenido de esas revelaciones, el canonizar a santa Faustina y difundir el mensaje que ella recibió es un refrendo sobre su valor.

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