Pérez, Joseph: Cisneros, el cardenal de España.



Biografía de Francisco Ximénez de Cisneros (l436-1517) cardenal Arzobispo de Toledo, confesor de la reina Isabel, Inquisidor General, Regente de Castilla, fundador de la Universidad de Alcalá de Henares, etc. El autor estudia su figura desde varias áreas; fue sin duda, figura clave en el reinado de los Reyes Católicos, a los que sirvió con lealtad. Para entender su labor es preciso saber que hacia 1492 vive un proceso de conversión interna que le lleva a dar un giro a su vida. Sus primeros años aunque son poco conocidos, los dedicó a fraguarse un futuro a su medida; en Roma buscó contactos que le pudieran servir más adelante. A su regreso y tras esa conversión, se hace franciscano observante, lo que significa vivir el espíritu de san Francisco de Asís sin atenuantes. Nombrado confesor de la reina, aceptó con la condición de no residir en la corte. Fue nombrado Arzobispo de Toledo, la diócesis más importante de España en aquella época, tanto por su relevancia como por las rentas a las que estaba asociada. Cisneros es mejor gobernante que teólogo, si bien fundó la Universidad de Alcalá de Henares, para lograr una excelente formación del clero que pasara por sus aulas. Como fraile, hizo voto de vivir la pobreza, obediencia y castidad. Vivió pobre rodeado de púrpura, vivió la castidad con finura; no nunca comentarios que pusiera en duda su comportamiento. La forma de vivir la obediencia fue dentro de la forma de vida que le tocó vivir. El cardenal, como hombre de su época, participó en la organización del Estado, a la vez que abordó la reforma del clero, buscando fomentar la vida de piedad y la vida ejemplar del clero allí donde se había relajado. El autor destaca las variadas cualidades del cardenal: capacidad intelectual, amplitud de miras, prudencia en el gobierno, sobriedad en su forma de vida, etc. Para comprender su postura con los judaizantes y moriscos es preciso tener visión histórica. Fue rigorista pero no fanático. Participó en la conquista de las plazas africanas que servían de base a los ataques berberiscos sobre Granada y Levante. Tanto a la muerte de la reina Isabel (1504) como de Fernando (1516) Cisneros actuó como regente con la prudencia y sagacidad que mostró en su vida. Fue Inquisidor General y le correspondió tomar decisiones que suponían una exquisita prudencia. En las cuestiones referidas a los indios de América su mayor error fue dejar en manos de unos frailes jerónimos las decisiones. Estuvo presente en todas las tareas importantes que se dieron en la España de su época. Con Fernando quizá no se tuvieron especial simpatía mutua, pero ambos se trataron con respeto. Falleció cuando esperaba la llegada de Carlos I. Joseph Pérez conjuga el rigor histórico con anécdotas que ayudan a conocer a Cisneros en las diversas facetas de su vida.

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