Smith, Betty: Un árbol crece en Brooklyn.



No es bueno abusar de los adjetivos, pero en este caso es justo atribuir el calificativo de excelente a esta obra literaria, que Elia Kazan llevó al cine al año siguiente de su publicación. La historia está ambientada en las dos primeras décadas del siglo XX; en el barrio de Brooklyn, situado en el extrarradio de Nueva York. Una familia de origen irlandés vive en una barriada de inmigrantes. Francie tiene doce años y pertenece a una de esas familias; su madre Kate, reúne un conjunto de cualidades que la convierten en una mujer extraordinaria. Las dos hermanas de la madre ayudan a completar el perfil de las personas del barrio. El marido, Johnny, alterna su trabajo como camarero, cantante... Su dependencia hacia el alcohol se incrementa por su sentimiento de fracaso vital; su familia vive con dignidad esa situación. Betty tiene un afán de aprender gigantesco, superior al de su hermano Neeley. Las descripciones tanto anímicas como sociológicas son excelentes. La autora nunca aclaró qué parte había de autobiografía en la novela. En el relato, que cubre cinco años de la vida en esas personas, se abordan casi todos los temas de la vida. Alguna afirmación religiosa no está bien encuadrada, pero sin plantear serios reparos al libro. Es el relato apasionante de una familia unida, por encima de las diferencias coyunturales o de las circunstancias de cada uno de sus miembros. El libro está enfocado desde la perspectiva de Betty, si bien es como un calidoscopio en el que aparecen muchas personas y situaciones.

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