Chapman, Gary: los cinco lenguajes del amor.



Como el autor ha dedicado varios libros con este mismo título a cónyuges, hijos, novios, etc., debo aclarar que el que yo he leído va destinado a los cónyuges. El autor parte de su experiencia como mediador matrimonial para resolver conflictos. Es un medio poco frecuente en España, pero si el mediador lo hace bien, logra que ambos sepan que lenguaje de los cinco que menciona, demanda su cónyuge. Mostrar el afecto, realizar tareas del hogar, tener detalles de cariño con el otro, la escucha atenta y acertar con la manifestación corporal idónea, una caricia u otras formas de intimidad matrimonial. Ver a un cónyuge sufriendo porque ve al otro enfadado, sin saber cómo resolver la situación, da sentido al deseo de una comunicación verbal y no verbal que sea identificable por ambos. A veces pensamos que es obvio lo que intentamos transmitir, pero la comunicación no es idónea si no llega con claridad al destinatario. Pensar que a estas alturas ya debe saberlo puede llevar al equívoco de suponer que lo que para mí es obvio lo es también para él. Quizá no arregle de forma permanente la comunicación, pero puede ser una notable ayuda para superar una crisis, o lo que es más importante; no dar por supuesto que el otro sabe muy bien lo que esperamos de él. Si la forma de comunicarse es clara, delicada y certera, quizá evitemos enfadados que podrían no darse.

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