L´Ecuyer, C.: Educar en la realidad.

 

La autora, conocida por otras publicaciones anteriores, trabajó durante años en empresas de EE. UU. Defiende la necesidad de clarificar el panorama pedagógico porque abundan las ideas sin fundamento en la realidad. Ante la imposibilidad de estudiar personalmente todas las ideas que se aplican al mundo educativo, aceptamos como reales algunas que no resisten un estudio detenido. Durante años se puso de moda que las madres embarazadas escucharan música, con detalles concretos del tipo de música más idóneo. Si lo hacen antes de que el bebé desarrolle el oído interno, la ventaja puede estar en que las madres se serenen al escuchar esa música, pero su bebé es incapaz de captarla antes de las 16 semanas de gestación. La tecnología es necesaria si se usa de forma inteligente; no siempre es conveniente que el alumno tenga delante una calculadora, porque su uso habitual disminuye la capacidad del alumno de desarrollar el cálculo mental. Posiblemente varias personas sabias, con experiencia y buen conocimiento de entorno educativo, podrían llegar a acuerdos valiosos aplicables a las edades a las que nos referimos. No obstante, las nuevas generaciones de docentes tienen una notable carencia de humanidades, lo que es contagioso. Quien no leer, no estimula a leer. Es importante que aprenda idiomas, etc., pero también lo es que conozca la sabiduría acumulada por los clásicos. Quienes van a educar a personas, habrán estudiado un grado –cuatro años- sobre la materia que van a enseñar, pero no sé el tiempo que han dedicado a conocer cómo educar la personalidad, afrontar los procesos de maduración o cómo ayudar a quienes tienen adiciones a pantallas, apuestas, etc. No es con disyuntivas cómo lograremos una escuela mejor, pero tampoco lo haremos si seguimos cada moda que aparecen de forma acrítica. L´Ecuyer no es una radical, al menos no lo veo por sus libros e intervenciones; colocarla en esa postura es no entender –quizá no se han leídos sus libros- que educar es mucho más que instruir. Lo importante no es tener un horario lleno de actividades, sino que estas sean las más idóneas para lo que buscamos lograr.