Horcajo, José Manuel: Al cruzar el puente.

 

El autor relata que ocho años después de ser ordenado sacerdote, le llamó un eclesiástico para quedar con él y comunicarle que había sido nombrado párroco de San Ramón Nonato, que está ubicada en Puente de Vallecas. Inmediatamente aceptó el encargo; ante la sorpresa de su interlocutor por su rapidez le contestó que se había ordenado para servir donde el obispo decidiera. El año 2009 comenzó para él una historia que relata en el libro. Es la historia de su parroquia y del modo que van surgiendo iniciativas para responder a necesidades de personas concretas y que acaban atendiendo a cientos más que también las tienen. Más que el elenco de tareas que el voluntariado de esa parroquia desarrolla, sorprendente para quien conozca algo de esas tareas en las que nada sale solo. El autor diría que es la Virgen, San José, los diversos intercesores que tiene para cada tarea. Desde dar de comer a cientos de personas a la acogida de madres embarazadas que han sido rechazadas en su entorno por no querer abortar. Sin pensar en el componente sobrenatural se pudiera pensar que estamos ante un organizador nato; pienso más bien que estamos ante personas que viven de fe y se lanzan a proyectos que otros más razonables consideran de locos. Los mayores frutos no los conoceremos nunca pues son los que se producen en el interior de las almas y que, en muchas ocasiones no llegamos a conocer. El cariño y la Gracia; las dos de la mano. Esto no es una ONG, pero tampoco es un convento de monjas contemplativas. Como es obvio no todo sale bien y hay disgustos, pues cuando se pone el corazón y hay personas que no responden o desaparecen es lógico sentir dolor. Pero el autor relata historias de mucho trabajo y algunas de una gracia muy especial para que se resolvieran situaciones humanamente perdidas. Recomiendo al lector que lo lea con calma; de lo contrario se puede empachar y no llegar hasta el final. Vale la pena terminar el libro. El tiempo empleado en su lectura lo doy por muy valioso.