Chesterton, G. K.: Santo Tomás de Aquino.

Chesterton nació en 1874 y falleció en 1936. Escribió miles de páginas; fue un hombre inquieto intelectualmente. En la juventud se declaró agnóstico y más adelante se acercó a la iglesia anglicana, si bien su destino final fue ser recibido en la Iglesia Católica, en 1922. Fue un intelectual coherente entre lo que pensaba, decía y vivía. Se casó con Frances Blogg y tuvieron una hija. Conoció a Ronald Knox, a Hilaire Belloc, C. S. Lewis, etc. En los años finales de su vida, floreció el catolicismo entre intelectuales británicos; ahí Chesterton tuvo un notable papel. Es conocido por ser el creador del personaje Padre Brown, famoso por resolver con su brillante inteligencia difíciles casos policiacos. Este dato es relevante porque ese sacerdote despistado es una crítica a quienes acusaban a la Iglesia Católica de despreciar a la razón. Su  forma de escribir se presta a la polémica; hay quienes lo consideran ideal para concentrar en un párrafo una idea genial, a la vez que farragoso en textos amplios. Su biografía sobre santo Tomás de Aquino es un ejemplo de su forma de escribir. Al llegar a la mitad del libro ha dedicado tanto espacio a hablar de Tomás de Aquino como de san Francisco de Asís o de Aristóteles. Es conocido en enfado familiar de la familia de Tomás cuando éste decide hacerse dominico, orden mendicante que surge en el siglo XIII y que resultaba humillante para una familia nobiliaria como la de Aquino. Tomás fue reservado, hasta ser conocido como el buey mudo, por su corpulencia y silencio. Asumir parte del pensamiento de Aristóteles, era entonces una tarea arriesgada y peligrosa. Pero Tomás supo asimilar aquello que tenía mejor fundamento en la realidad. Nadie duda de la brillante inteligencia de santo Tomás de Aquino y de su labor teológica, lo que unido a su vida santa le convierten en un pilar de la teología católica. La biografía que comentamos no es convencional. Chesterton habla de lo humano y de lo divino. Es considerado el rey de la paradoja y famoso por su buen humor. Para algunas personas, a quienes no les como escribe, es  más idóneo conocer sus citas, sin leer sus libros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.