Perutz, Leo: El maestro del juicio final.




El suicidio de un actor en Viena en 1909 no parece ofrecer dudas en cuanto a su naturaleza; sin embargo varias personas miran como sospechoso a un noble militar, de quien piensan que ha sido inductor de que el actor se haya suicidado. Perutz describe la investigación que se va tejiendo, con mayor motivo cuando son tres las personas que en el plazo de pocos días han hecho lo mismo. Hay una misteriosa frase que en la agonía pronuncia uno de ellos, el juicio final. Otro dato que parece ser común es que el italiano es el posible idioma del inductor, bien sea porque es oriundo de allí o porque lo ha aprendido. La investigación se mueve en un mundo de sospechas en el que se mezcla lo real con lo supuesto –en este caso sin que quede clara la racionalidad del argumento. Las investigaciones que de forma privada llevan varios personajes les llevan a pensar que los actos son provocados por alguna sustancia preparada al efecto que tiene consecuencias letales en quien la consume, posiblemente porque le hace perder el uso de razón. A pesar de las alabanzas de la crítica a esta obra, el hilo argumental resulta o muy sutil o confuso; los investigadores usan razonamientos complejos que no cualquier lector los sigue y puede resultar excesivamente sutil. Muchos consideran que el libro, además de bien escrito es una obra que mantiene su vigencia en la actualidad. De hecho ha sido reeditada en la versión que ofrecemos.

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