Francisco, Papa: Amoris laetitia-La alegría del amor.



Esta Exhortación apostólica es larga y articulada; está dividida en nueve capítulos; junto a la belleza de la familia, se hace notar la complejidad de situaciones que requiere para no limitarse a un análisis superficial del contenido. El Papa utiliza aportaciones de los obispos en el Sínodo dedicado a la familia. Junto a valores esenciales, que forman parte de su identidad, el Papa dice que “no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones del magisterio”. El Papa afirma con claridad que es necesario evitar estériles formas de contraposición entre la ansiedad de cambio y la aplicación simple de normas abstractas. El Papa es delicado con las situaciones complejas por las que pasan muchas personas, pero buscar el tipo de soluciones que propone es quedarse en una visión sesgada; dedica mucho más espacio a hablar de lo que debe ser la familia y de cómo protegerla en un ambiente poco favorable, que a dar soluciones particulares a problemas; algunos de los cuales los deja al criterio de los obispos respectivos, como ya hizo en su día Juan Pablo II.

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