Hernández-Palacios, M.: Álvaro de Bazán.

 Hernández-Palacios, M.: Álvaro de Bazán. Ed. Rialp, 2023.                     HISTORIA

    El autor escribe un libro breve, pero recoge los hechos esenciales en los que participa Álvaro de Bazán, excelente marino, formado por su padre para esa tarea y fue quién secundó las ordenes de Felipe II a lo largo de su vida activa. Aunque recibió algunos reconocimientos durante el reinado de Carlos I, en realidad fue la forma de premiar a su padre por los servicios prestados a la  corona. Álvaro nació en 1526 y cuando tenía treinta años pasó a depender del nuevo rey, Felipe II. Aprendió de su padre el uso de las naves de su época en las que se pasa de barcos movidos prioritariamente por la fuerza de los remos al uso de carabelas, mejores para la navegación por el Atlántico, en donde las velas son esenciales para la navegación por ser el casco más alto y tener más capacidad bélica al contar con artillería como elemento de combate. El protagonista de este libro ha pasado a la historia por haber sido imbatido. Si en los primeros años se dedicó a librar el Mediterráneo del poder de los turcos, participando en varias acciones militares en el norte de África y luego en las islas Canarias. Realizó una labor importante en la defensa de Malta, etc. El momento de mayor intensidad tuvo lugar en la batalla de Lepanto, el 7 de octubre de 1571, en la que dirigía las naves que desde la retaguardia acudían al lugar más necesario en la batalla; por ejemplo defendiendo a la nave capitana de don Juan de Austria del acoso del jefe de las naves turcas. Más adelante intervino en la ocupación militar de Portugal cuando Felipe II, ejerciendo sus derechos dinásticos se proclama rey de Portugal, si bien evitando unirlo a la corona de Castilla y respetando sus propios órganos de gobierno. La acción fue una operación conjunta del Duque de Alba en tierra y de Álvaro de Bazán por el mar. Más adelante intervino en las Azores, ante la negativa de sus ocupantes que apoyados por Francia se negaron a reconocer a Felipe II. El castigo impuesto a los prisioneros franceses, que actuaban como corsarios al no estar su país en guerra, fue muy riguroso, lo que le ha valido la crítica de algunos historiadores. En varias ocasiones insistió a Felipe II en organizar la invasión de Inglaterra pues veía inevitable ese enfrentamiento. Preparó minuciosamente el plan de la marina en esa operación, pero falleció antes de que pudiera llevarse a cabo. Fue reconocido con varios títulos nobiliarios, como marqués de Santa Cruz y marqués del Viso, en donde construyó un palacio que sigue admirando a quienes lo visitan. Constituye una figura indispensable para comprender el reinado de Felipe II. De su vida personal apenas se aportan datos, y el libro se ciñe a su labor militar y especialmente como marino.


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