Zweig, Stefanie: En un lugar de África

Un abogado judío alemán, Walter, llega a Kenia ante el riesgo que supone la llegada de Hitler al poder. Una vez allí, escribe a su esposa Jetell los pasos a dar y las cosas a comprar para reunirse con él en Kenia, a donde llegará tras un viaje en barco. La hija de ambos, Regina, con apenas cinco años se va con ellos a recomenzar una nueva vida. Los adultos con la angustia de qué será de sus parientes que se quedan en Alemania. Con un estilo elegante y buena capacidad para mostrar los estados de ánimo de cada personaje, relata el doloroso trance hasta que se encuentran los tres viviendo en una granja de Kenia perdida entre el paisaje y lejos de cualquier lugar que entienden por civilizado. Stefanie Zweig en 1938 emigró con sus padres a Kenia y conoce de primera mano el contexto que enmarca la vida de esta familia para irse abriendo camino en un entorno del que no conocen ni las costumbres ni el idioma en el que hablan. La ayuda notable que les presta un criado nativo, Owour, con una inteligencia natural para hacerse cargo de las situaciones, van poniendo los primeros pasos para recomenzar esa nueva vida. No es sencillo adaptarse al nuevo trabajo -el padre pasa de notario en Alemania a administrador de la granja-, sino también al idioma y a las distintas costumbres. La niña capta pronto algunos rasgos de las costumbres del país. Los alemanes, aunque sean judíos, pronto se ven en el otro bando de la Segunda Guerra Mundial. Algunos británicos lo entienden y otros menos. Lograr que Regina pueda ser escolarizada, que la madre asuma que allí su vestido de noche no es lo más útil que tienen. El embarazo de Jetell traerá ilusión a esa familia, pero la pérdida de bebé que estaba en camino es un obstáculo más a superar. Cuando el padre pueda alistarse en el ejército británico, la solución mejora algo. Viven en la ciudad y el sueldo de sargento les permite vivir con algo más de holgura. Llega una nueva criatura a la familia, varón, y será cuidado por Owour y su esposa que son un punto de apoyo importante. El final de la guerra supone la posibilidad de volver a Alemania. A pesar de la oferta que recibe Walter si se incorpora como juez en el nuevo escalafón jurídico puesto en marcha, es Jetell la que se resiste a realizar un nuevo cambio. Alemania lo asocia al sufrimiento que ha supuesto para ella y su familia. Aunque la autora no lo diga, la editorial presenta el relato como un relato autobiográfico, en mayor o menor medida. Sin duda muestra un profundo amor por el continente africano. A la vez, muestra la dificultad para rehacer la vida en más de una ocasión y las tensiones que eso genera en el matrimonio. La hija, Regina, percibe mucho más de lo que una niña de su edad lo haría en situación normal. La despedida de Owour y Chebeti es costosa para todos. Vale la pena leerlo.