Kempowski, W.: Todo en vano.





El novelista, alemán, muestra desde perspectivas de personajes variados, polacos, ucranianos, judíos y por supuesto alemanes prusianos, que son los dueños de la finca, el final de la Segunda Guerra Mundial. Cada uno lo ve desde su perspectiva. Al comienzo es un final contenido, quizá por la esperanza de que el avance ruso sea frenado por los carros de combate alemanes. Posteriormente, una desbandada en la que miles de carromatos ocupan la carrera huyendo del frente ruso. También entre los que huyen se percibe no solo la picaresca sino la crueldad. A medida que avanza el relato es Peter, el hijo de los dueños de la finca, quien muestra en primera persona la desbandada. Su madre, Katharina, ha sido acusada de acoger a un judío, no se sabe hasta qué punto por convicción o por no defraudar a quien se lo pide. Su esposo, oficial del ejército alemán está en Italia. La crudeza del relato aumenta a medida que avanza el relato, que no llega a mostrar la entrada de las tropas rusas en donde está esa muchedumbre huyendo. Ambientada en 1945, en Prusia Oriental. La casa familiar acoge a personas muy diversas, en el modo de acogida y en su condición. Sus conversaciones muestran la variedad de personas que pasan por allí. Como es habitual, un frente en retroceso refleja el caos unido a la mezquindad de algunas personas en situaciones de supervivencia como las mostradas. No es una novela que muestre personas de un valor ante el peligro fuera de lo común, sino que refleja a personas muy comunes en situaciones desesperadas. Peter, ese niño de doce años que se libra por poco de ser reclutado por las juventudes nazis para la defensa final, ve sucesos que no entiende por su edad y formación. En otros, la falta de perspectiva no le permite captar en toda su crudeza lo que este relato supone. No le impide sin embargo captar que no todo da igual, que dentro de esa muchedumbre unos se comportan con humanidad y otros con crueldad. El autor vivió en primera persona sucesos similares a los aquí narrados y sufrió luego, además de la muerte de su padre, prisión en un campo de prisioneros soviético. Por su edad, nacido en 1929, vivió lo que Peter evitó por su corta edad.

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