Luri, Gregorio: La escuela no es un parque de atracciones.

Gregorio Luri es un referente en el mundo educativo. Maestro y doctor en filosofía tiene en su vida la experiencia de miles de horas en el aula y se hace eco de muchos docentes que consideran que en la enseñanza actual hay un excesivo enfoque pedagógico. Con optimismo y valentía muestra la ligereza de alguna metodología, usada sin contrastación empírica. En esos casos, los alumnos pueden perder capacidad de aprendizaje, espíritu crítico y conocimientos. Los más perjudicados son los que tienen un solo ascensor social, que pasa por la escuela. El autor reivindica que la escuela sea un lugar de adquisición de virtudes. Las más importantes, como el esfuerzo, son despreciadas o ignoradas por quienes consideran que la espontaneidad tiene el mismo valor que el hábito de estudio acrisolado. Lamenta el abuso en la aplicación de las nuevas tecnologías, lo que va en detrimento de otras facetas, como la lectura. No se trata de elegir lo uno o lo otro, se trata de saber cuándo procede recurrir a uno u otro cauce. Defiende el valor del conocimiento y destaca la importancia de desarrollar en uso responsable de la libertad. Sus apreciaciones las entienden mejor quienes han pasado años en el aula y tienen más dificultad quienes son solo teóricos de la pedagogía. Dice Luri que nos jugamos el enfoque de la educación de la juventud. Ni rechaza todas las novedades, ni da por buenas todas la innovaciones; el estudio, la reflexión y la práctica, sin usar a los alumnos de conejillos de indias, son campos para crecer y quedarnos con lo mejor de cada aspecto. Al leer el libro, es fácil recordar que en este campo, las opiniones no se cuentan, se pesan. Ignorar lo que personas de valía profesional contrastada piensan es renunciar a cribar ideas. No coincido con todas sus apreciaciones, pero considero valioso saber su opinión porque tiene el prestigio que da el estudio y la experiencia.