Fernández Flórez, W.: El bosque animado.



Relato en el que el contacto con la naturaleza es parte esencial del relato; a veces son ideas; otras, sentimientos. El eje de los sucesos está en la vida en la fraga de Cecebre (A Coruña). La fraga es una zona de vegetación formada por diversas especies, con más o menos arbustos y densidad. El autor, se hace eco de las ideas de sus habitantes, la consideran un “tapiz apretado contra las arrugas de la tierra; en sus cuevas se hunde, en sus cerros se eleva, en sus llanos se iguala». Este escenario se renueva a lo largo del año; cambian los colores, la densidad de la vegetación. Pero no cambia la percepción que tienen los habitantes que viven cerca. Allí pueden vivir seres fantasmagóricos o que se consideran imaginarios, porque no se dejan ver. En la fraga se ocultan bandidos y es un lugar peligroso para cruzar a la vuelta a las aldeas después del baile nocturno; algunos van por sus caminos cantando, para alejar el miedo, otros en grupos más o menos compactos. En la fraga se han dado amoríos y asesinatos. Pero sobre todo, lo que sucede está envuelto en gasas de fantasía lúdica y paganismo. Allí no solo los animales se comunican entre sí; también lo hacen los árboles, como se apreció cuando un día se colocó un poste de la luz, de madera, que servía de soporte para cables que llegaban hasta él y que seguían luego hasta perderse en la lejanía. Dijo Gregorio Marañón que en este libro el autor gallego «alienta todo cuanto vive: el hombre, el animal, la planta, el agua que corre; la tierra que, allí quieta, crea sin cesar nueva vida. Y, por encima de todo, el tiempo; lo que permite que las historias que rodean la fraga perduren aunque pasen los años. El autor pudo optar por caer en un estilo onírico; apostó por otro lírico que ofrece al lector el encanto que ofrece la fraga de Cecebre a quien oye o lee sobre ella.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Índice

Fulwiler, Jennifer: Un encuentro inesperado.