Mazón, T.: Elcano.



El libro es una versión corregida de otra anterior; el autor sigue investigando en la abundante documentación que existe, en Sevilla, especialmente en el Archivo General de Indias; también ha acudido a otros archivos en donde existe información sobre algún aspecto de la expedición que salió buscando una vía marítima hacia las indias y que ha pasado a la historia porque fue la primera en dar la vuelta al mundo. Toda la primera parte trata de la preparación de las cinco embarcaciones pue partirían hacia un destino que Magallanes no compartía, salvo con las pocas personas a las que explicó su proyecto y que acabó siendo no una empresa privada sino asumida por la Corona. Como Cristóbal Colón, los derechos que pretendía sobre lo descubierto fueron muchos. El protagonista principal de esta primera parte es Fernando de Magallanes, quien ya había estado en las indias, pero por la ruta portuguesa. A pesar del empeño de Carlos I en que compartiera el mando con otra persona designada por la Corona, en la práctica no lo hizo. El 10 de agosto de 1519 sale de Sevilla la expedición con una dotación de alrededor de 244 personas. Tras pasar por Canarias, las cinco naves, Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago parten hacia un destino no aclarado por su almirante, que viaja en la nave Trinidad por ser la mayor. Elcano viaja en la nave Victoria ocupando un puesto relevante, pero no es el capitán. El viaje ha sido narrado en varias ocasiones por lo que no lo detallaremos. Destacó la invernada en San Julián, no muy lejos del desconocido estrecho que permitiría pasar al océano Pacífico. Ya quien tenía en cargo de compartir el mando con Magallanes estaba preso en una de las naves y será durante la invernada en san Julián donde se estalla una sublevación ante la parquedad de Magallanes y las duras condiciones materiales de la estancia en ese lugar. El almirante era una persona componente en temas marinos, pero de carácter arisco y poco dado a explicaciones, más si eran pedidas con cierta brusquedad. El papel de Elcano en esa sublevación es de segunda fila por lo que entró en el perdón que recibieron quienes no habían tenido especial papel en ella. El balance de la sublevación fue dos personas condenadas a muerte y otras dos abandonadas en una isla desierta. Cuando descubren el paso hacia el Pacífico la nave San Antonio desapareció, volviéndose a España y la nave Santiago se hundió a causa de un accidente. Las tres naves restantes emprenderán el viaje hacia las indias, siguiendo la ruta por intuición durante 96 días y recorriendo miles de km. Las condiciones penosas, por la falta de alimentos, agua, descanso, el escorbuto, etc. causaron un buen número de fallecimientos. Al llegar a lo que se llamó Filipinas, tuvieron una Misa el 31 de marzo de 1521. Tras varios meses entre las diversas islas, en una de las cuales murió en un combate en una isla, Fernando de Magallanes. Otros fueron asesinados durante una comida a la que fueron invitados con el fin de matarlos. Elcano estuvo en segundo plano en todas las ocasiones. No se hubiera entendido con Magallanes, tampoco era capitán de ninguna embarcación. Fue cuando, tras cargar especias, pendientes de la posible llegada de portugueses, intentan poner rumbo a España la nave Trinidad y la Victoria, está sí que está ya bajo el mando de Elcano. Antes de internarse en el mar, descubren que la Trinidad necesitaba reparación pues la bruma había destrozado el maderamen y un exceso de carga lo hizo más patente. La Trinidad se quedó para ser reparada y la Victoria salió hacia un destino complejo. Volver a España sin cruzarse con portugueses era una tarea complicada. Elcano demostró sus dotes marinas para lograr llegar hasta Cabo Verde, en donde no tuvo más remedio que pedir alimentos. De allí algunos pudieron salir en la Victoria antes de ser detenidos. El 8 de septiembre de 1522 llegó la exigua expedición a Sevilla tras haber dado la primera vuelta al mundo, algo de lo que fue muy consciente Elcano y los 17 que volvieron con él. Los datos recogidos en la documentación, son muy detallados en pagos, etc. El rey Carlos I quiso recibir a Elcano y a otros navegantes. Elcano era rico y reconocido, tras pasar un tiempo en Guetaria (Guipúzcoa) se volvió a embarcar y murió en una expedición el año 1526. El libro, además de las fuentes, contiene la referencia de una página web muy completa que ayuda a visualizar esta y otras informaciones. Cfr.rutaelcano.com.

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