Lorda, J. L: Para ser cristiano.

El autor, con un estilo de comunicar claro y ordenado, comienza hablando de las virtudes humanas que cada persona puede desarrollar para alcanzar el nivel más alto de humanidad que sea capaz, porque desarrollar lo que tradicionalmente se denominan virtudes humanas dignifica a la persona que lucha por vivirlas y le capacita para poder alcanzar y/o recibir las virtudes propios de un cristiano. Lo habitual es que en la vida diaria no se separen tanto como para que la lucha siga un método cartesiano. La vida es más sencilla, pero es obvio que la fe, esperanza y caridad son infundidas por Dios en el alma, mejor si tiene las disposiciones idóneas. Otras virtudes, que se derivan de las cardinales, que viene de término quicio sobre el que se apoyaba una puerta; son la prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Todas esas virtudes si se enfocan del modo idóneo no solo no agobian sino que hacen más feliz a la persona humana pues le capacitan para ejercitar la libertad y dejarse amar por Dios y amarle a Él. Una visión voluntarista llevaría al agobio, un modo de vivir hedonista lleva a buscar el placer y perder la capacidad de lucha que le permita la mejora personal. El autor explica bien, en cada uno de los 24 capítulos cada cuestión y se entiende la belleza de la vida cristiana. En la segunda parte habla de los medios a poner para alcanzar diversas virtudes y de algunos rasgos de la vida de Jesucristo. El estilo es ágil y va dirigido a personas de cultura media.

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