Nemirovsky, Irène: Suite Francesa.

Esta novela refleja un periodo excepcional de la vida europea; si lo narrado es cierto, se pone de relieve cómo la valentía es un fenómeno poco frecuente. La novela, con un alto componente autobiográfico, comienza en París en los días de la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial. El clima que refleja es de desconcierto y caos. La población de París se lanza hacia el sur, huyendo del avance de las tropas alemanas desde la frontera belga. El caos invade las carreteras, que se colapsan de personas que huyen con algunos enseres; hay personas en coches, en bicicletas y otras muchas a pie. Siguiendo el hilo de unas pocas personas, la autora refleja con precisión una situación que va de lo grotesco a lo patético. Todo un espectro de población que cubre el abanico social, con todo tipo de edades y situaciones. La comida y el combustible se vuelven esenciales para llegar más lejos. Más adelante, en una población ocupada por tropas alemanas, con muchos de sus hombres alojados en las viviendas de los vecinos. La sociedad refleja lo mejor y lo peor de sí misma. La autora se muestra dura con la alta sociedad que muestra hipocresía y, de forma más concreta, con quienes bajo una capa de beneficencia no hay amor al prójimo, sino el intento de tranquilizarse, reflejo en algún caso de una falta de formación religiosa notable. Relato de una autora judía, consciente del riesgo que corre y que evita. La falta de cariño que sufrió ella quizá le haya anulado parte su capacidad para juzgar con más misericordia.

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