Zgustova, M.: Vestidas para un baile en la nieve.

La autora, periodista y escritora checa ofrece en este libro un trabajo de investigación para que no queden sepultados en el olvido los hechos sucedidos en la Unión Soviética durante los años de comunismo. Se conoce la existencia de los gulags, pero apenas se habla de ellos. La autora se entrevista en varias ciudades, entre ellas Moscú, Londres y París, a nueve mujeres que sufrieron la represión brutal que suponía la detención, casi siempre inesperada, el paso por las oficinas de la policía y, tras una parodia de juicio, condenas que podían oscilar entre los diez y los veinticinco años de estancia en un campo de concentración, o bien el destino a las minas al norte de Siberia con temperaturas muy bajas. El apogeo de esa represión tuvo lugar durante la época de Stalin, es decir hasta mediada la década de los años cincuenta del siglo pasado. La novena superviviente, nació y vivió su infancia en uno de estos campos, donde su madre cumplía condena por motivos ideológicos. Las declaraciones de cada una reflejan, en términos parecidos la grave situación en la que vivieron, sometidas a trabajos brutales con notables carencias de ropa, alimentación y medicinas. Algunas entrevistadas mencionan que el objetivo era romperlas, dañando su dignidad y con un trato brutal e incierto; no sabían si pocos meses después recuperarían la libertad o morirían a consecuencia de las duras circunstancias en las que vivían. Las que lograron sobrevivir fue por el instinto de supervivencia, su fuerte voluntad y la capacidad para sobreponerse a situaciones adversas. Algunas señalan que pasar por esa situación les llevó a valorar la amistad y los gestos de humanidad que podían encontrar en personas que vivían en sus mismas condiciones. La brutalidad sin sentido y el servicio heroico se encontraban en personas que vivían circunstancias similares. Otras, por el contrario, no valoran tanto su estancia allí y afirman que para adquirir esos valores no es preciso pasar por experiencias al borde de la muerte. Casi todas las supervivientes que entrevista, o venían de familias con buen nivel cultural o ellas encuentran un campo de crecimiento personal en ese campo que encontraron en la poesía, la lectura, etc. Los recuerdos que la autora recoge muestran lo peor y lo mejor del alma humana, como ya lo hicieron antes otros autores que pasaron por situaciones similares. En varios casos su crítica no es al marxismo, sino a la forma de llevar a la práctica ese modo de concebir la sociedad. A pesar de los años transcurridos, los testimonios son impactantes. Con frases breves muestran el dolor y las carencias materiales y afectivas sufridas, en muchos casos de forma arbitraria. Si el ser humano es capaz de los mejor y de lo peor, esa conducta se puede dar en situaciones diversas, pues hay un componente de gregarismo y miedo, no exento del mal uso de la libertad personal.

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